El pasado 3, 4 y 5 de octubre volvimos a encontrarnos en el Argentino Hotel de Piriápolis para vivir nuestra segunda convivencia académica anual, un espacio que, como cada año, nos invita a convivir aprendiendo y a aprender conviviendo.
En EDHUCA, las convivencias de mayo y octubre son parte esencial de nuestra manera de enseñar y de estar juntos. Son momentos donde todo se entrelaza: las clases, los encuentros, los silencios, las risas y las conversaciones que siguen más allá del aula.
Fue la última convivencia del grupo de tercer año de la Tecnicatura en Counseling, que se prepara para egresar, y también el cierre del Diploma en Organizaciones, que comenzó en mayo y culminó este fin de semana, cerrando un ciclo de mucho aprendizaje, trabajo y transformación.
Además, celebramos algo que nos atraviesa a todos: ¡10 años de EDHUCA!
La noche del sábado se convirtió en una “Noche Verde”, donde nos reunimos alumnos, egresados y exalumnos de distintas generaciones para festejar, abrazarnos, bailar y recordar todo lo que hemos caminado juntos. Verde, como el color de nuestra identidad, símbolo de vida, salud y sanación.
Como siempre, el fogón es la bienvenida que nos invita a «purificar y abrirnos a lo nuevo», los grupones de apertura y cierre nos ofrecieron ese espacio horizontal tan propio de nuestra escuela: sin temas ni estructura alguna, donde simplemente nos encontramos, nos escuchamos y nos dejamos ser.
La actividad de integración de este año nos invitó a crear con las manos y a simbolizar el espíritu del encuentro. En grupos, construimos pequeños fogones con una vela en el centro, rodeada de figuras que cada uno modeló a su manera. Esos fogones —con sus luces encendidas— nos acompañaron todo el fin de semana, recordándonos que somos parte de algo más grande: una comunidad que se nutre de la presencia y el vínculo.
Fueron tres días llenos de emociones, aprendizajes, abrazos y sentido, donde lo académico y lo humano volvieron a encontrarse, como cada año, en ese lugar donde florece lo mejor de nosotros.
Gracias a todos los que hicieron posible esta convivencia.
Gracias a los que estuvieron, a los que viajaron, a los que volvieron y a los que siguen tejiendo, día a día, esta red que llamamos EDHUCA.









